Al acunarte, te susurro aquella
nana
—Concierto de Brandenburgo número 6. Adagio ma no tanto—
—Concierto de Brandenburgo número 6. Adagio ma no tanto—
Acaricio una flor, al mecerte en
mis brazos,
mientras contemplo cómo llega,
despacio, lento, el sueño a tus pupilas,
tal que vuelo de ocaso.
mientras contemplo cómo llega,
despacio, lento, el sueño a tus pupilas,
tal que vuelo de ocaso.
Al acunarte canto,
te susurro la nana que te invento
como un poema diario…
te susurro la nana que te invento
como un poema diario…
Todo es posible, pero asusta tanto,
no vayas a romperte entre mis dedos,
un pétalo de lirio, que agrietan los aullidos
de mil lobos voraces.
no vayas a romperte entre mis dedos,
un pétalo de lirio, que agrietan los aullidos
de mil lobos voraces.
Suena la melodía de mi nana
caricia de las orlas de la noche.
Se adhieren a sus notas los sudores
de las fatigas de los días,
aunque cualquier sonrisa de la luna
sirve para alejar preocupaciones,
pues en tus ojos nuevos ríela ágil su brillo…
caricia de las orlas de la noche.
Se adhieren a sus notas los sudores
de las fatigas de los días,
aunque cualquier sonrisa de la luna
sirve para alejar preocupaciones,
pues en tus ojos nuevos ríela ágil su brillo…