Como el carillón de un ataúd al
mediodía
—El clave bien temperado. Libro II—
—El clave bien temperado. Libro II—
Como el
carillón de un ataúd al mediodía,
resuena la calle de este invierno donde habito
repleta de hielos y humedades:
las miradas vacías que he lanzado a tantas gentes,
tantas veces, tantas…
resuena la calle de este invierno donde habito
repleta de hielos y humedades:
las miradas vacías que he lanzado a tantas gentes,
tantas veces, tantas…
Como el
carillón de un ataúd al mediodía,
hoy me responden con indiferencia:
ni mil antorchas licuarán tal hielo,
esa escarcha que aplasta mis suspiros,
el silencio sin luz de la madera.
hoy me responden con indiferencia:
ni mil antorchas licuarán tal hielo,
esa escarcha que aplasta mis suspiros,
el silencio sin luz de la madera.
Como el
carillón de un ataúd al mediodía,
el infierno es la soledad impuesta,
la respuesta incontestable a mi desprecio.
El infierno es el frío de una noche
sin piel donde arrojar mi llanto.
el infierno es la soledad impuesta,
la respuesta incontestable a mi desprecio.
El infierno es el frío de una noche
sin piel donde arrojar mi llanto.
Como el
carillón de un ataúd al mediodía,
sólo tu ausencia inclina mis oídos hacia el clamor
de una luna tropezando entre mis uñas,
y mis labios sin sangre tiemblan como cristales resquebrajados
por el llanto que causa tu partida a la sombra de los gemidos.
sólo tu ausencia inclina mis oídos hacia el clamor
de una luna tropezando entre mis uñas,
y mis labios sin sangre tiemblan como cristales resquebrajados
por el llanto que causa tu partida a la sombra de los gemidos.
Como el
carillón de un ataúd al mediodía.