Alabanza
—El clave bien Temperado. Libro I—
—El clave bien Temperado. Libro I—
Cantaré ahora un cántico de dicha.
Un salmo de alabanza
que rebose el lindero de mi esencia
aunque su eco parezca un eco viejo,
¿cuándo el sol ha cambiado su saludo…?
Un salmo de alabanza
que rebose el lindero de mi esencia
aunque su eco parezca un eco viejo,
¿cuándo el sol ha cambiado su saludo…?
Su mano es, y siempre ha sido,
irresistible beso de una madre,
infinita mirada de los niños,
poderoso latido de una estrella.
Su misericordia es, y siempre ha sido,
inabarcable mar sin huracanes.
Su nombre es, y siempre ha sido,
indescifrable almíbar de las cumbres,
insondable misterio de los tiempos.
insustituible hálito de vida.
irresistible beso de una madre,
infinita mirada de los niños,
poderoso latido de una estrella.
Su misericordia es, y siempre ha sido,
inabarcable mar sin huracanes.
Su nombre es, y siempre ha sido,
indescifrable almíbar de las cumbres,
insondable misterio de los tiempos.
insustituible hálito de vida.
Sus ojos miran, siempre han
mirado,
como la madre que amamanta a su hijo.
Su corazón camina, siempre ha caminado,
a idéntico compás humano.
Su venero es, siempre lo ha sido,
luz de estrella que alumbra
el engranaje de un instante.
como la madre que amamanta a su hijo.
Su corazón camina, siempre ha caminado,
a idéntico compás humano.
Su venero es, siempre lo ha sido,
luz de estrella que alumbra
el engranaje de un instante.