Lectores

El Clave bien temperado

Parte 7. El arte de la fuga. 16


Avanza la risa divina
—El Arte de la fuga—

Avanza la risa divina,
contundente como ejército de mariposas…
Nuestros sentidos no son capaces de intuir
su presencia de alas como cristal de aire.
Su armamento es tan poderoso que las empalizadas,
aunque redoblen su musculatura,
son leves armazones tejidos con sueños de espuma.
La brisa es la artillería de sus besos,
la lluvia es la infantería de sus caricias,
el sol es el zapador de su pasión,
la sombra es la trinchera de sus miradas,
el tiempo es el general de su amor.

ORLA

“Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces yo tenía la sensación de que no nos veía, ni nos oía, como si no existiéramos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad. Pasaba unos momentos horribles cuando le veía sentado en su sillón, rodeado por mí y por nuestros hijos, entregados a nuestras ocupaciones y sin embargo, presentía que estaba solo por encima de nosotros; junto a nosotros y, no obstante, solo, como abandonado. (…). Los grandes son siempre solitarios, por eso son grandes y están emparentados con el Altísimo.”

(“La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”).