Lectores

El Clave bien temperado

Parte 7. El arte de la fuga. 6


Fundirme en tus entrañas
—El Arte de la fuga—

No estoy seguro de que al fondo del corazón
me encuentre con tu nítida presencia,
turquesa deseada…
Mi latido desboca el gesto,
arde en tu búsqueda,
galopa súbito…
Aunque no sé medir la intensidad de diástoles o sístoles,
el ansia por tu encuentro me espolea,
me estremece, me empuja, me remueve.
Miro, busco, espío, oteo, valles, vaguadas, cárcavas, oteros,
aunque a veces confunda tu presencia con sombras de la noche.
No sé si cuando llegue tu ángel fuerte atenderé a su llamada,
pero sé que mi corazón gastado
late para fundirse en tus entrañas.

ORLA

“Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces yo tenía la sensación de que no nos veía, ni nos oía, como si no existiéramos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad. Pasaba unos momentos horribles cuando le veía sentado en su sillón, rodeado por mí y por nuestros hijos, entregados a nuestras ocupaciones y sin embargo, presentía que estaba solo por encima de nosotros; junto a nosotros y, no obstante, solo, como abandonado. (…). Los grandes son siempre solitarios, por eso son grandes y están emparentados con el Altísimo.”

(“La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”).