Lectores

El Clave bien temperado

Parte 6. El clave bien Temperado. Libro II. 17


El cansancio del día derrumba mi aliento
—El clave bien temperado. Libro II—

El cansancio del día derrumba mi aliento,
pero no impide que aflore la sonrisa
como brote de hierba.
El horizonte explica mis deseos:
leve vela alumbrando el infinito.
Mi corazón está intranquilo,
susurra su latido la inquietud.
Espero que no toquen a rebato,
espero que no sea mi señal de derrota,
signo de fin inútil,
que sólo sea muestra de fatiga. 

ORLA

“Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces yo tenía la sensación de que no nos veía, ni nos oía, como si no existiéramos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad. Pasaba unos momentos horribles cuando le veía sentado en su sillón, rodeado por mí y por nuestros hijos, entregados a nuestras ocupaciones y sin embargo, presentía que estaba solo por encima de nosotros; junto a nosotros y, no obstante, solo, como abandonado. (…). Los grandes son siempre solitarios, por eso son grandes y están emparentados con el Altísimo.”

(“La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”).