Melancolía invertebrada
—El clave bien temperado. Libro II—
—El clave bien temperado. Libro II—
Vuelvo a sentir la melancolía invertebrada invadiéndome
como una mancha de petróleo:
material viscoso que anega la limpieza de mi playa.
Vuestras
ausencias son deserciones con consistencia de rocas,
hirientes como cuchilladas de minerales sin respiración.
hirientes como cuchilladas de minerales sin respiración.
Es
demasiado peso el acero de este abandono.
Quizá sea
el atardecer de plomo de este verano extrañamente frío…
Quizá haya sido la tormenta intensa que aún retumba lejos…
Quizá estoy muy cansado,
de repente…
Quizá haya sido la tormenta intensa que aún retumba lejos…
Quizá estoy muy cansado,
de repente…
Alzaré
el vuelo pronto, estoy seguro,
por eso la desesperación me atisba desde lejos, derrotada;
pero a mi corazón lo azotan crueles balas de cristal y sal,
lágrimas lanzadas hoy por el ayer, feroz monstruo que no se extingue.
por eso la desesperación me atisba desde lejos, derrotada;
pero a mi corazón lo azotan crueles balas de cristal y sal,
lágrimas lanzadas hoy por el ayer, feroz monstruo que no se extingue.
De nuevo me despierto, en medio de esta madrugada de
sombras, de penumbras sin miradas,
y percibo, de nuevo, con la misma intensidad que
los latidos neutros de los segundos,
la oquedad rotunda que me deja el vacío de tu
cuerpo.
Si yo
fuera capaz de dar la vuelta,
y entornar las pupilas apagadas hacia tu espacio en nuestro lecho,
sólo vería el hueco que has dejado, amada.
y entornar las pupilas apagadas hacia tu espacio en nuestro lecho,
sólo vería el hueco que has dejado, amada.
No lo
haré, cerraré los ojos con la cancela de la desesperación,
y convocaré al sueño para que acuda a mí con la urgencia de la herida.
y convocaré al sueño para que acuda a mí con la urgencia de la herida.
Pero
intuyo que todo será inútil:
el pensamiento se repetirá, como se repite el zumbido de la sangre
y retornará y me avasallará como la fiera sin comida.
el pensamiento se repetirá, como se repite el zumbido de la sangre
y retornará y me avasallará como la fiera sin comida.
No
volveré a dormir en esta noche,
pues tu ausencia es concreta como un latidos de cosmos,
como la respiración de los relojes lacios que reptan,
pared arriba,
hacia la nada de catafalcos de viento.
pues tu ausencia es concreta como un latidos de cosmos,
como la respiración de los relojes lacios que reptan,
pared arriba,
hacia la nada de catafalcos de viento.