Lectores

El Clave bien temperado

Parte 7. El arte de la fuga. 2


Brizna del tiempo
—El arte de la fuga—

Como brisa que huye en el atardecer, como roce inasible de alas de mariposa en el ocaso, así, su esencia bucea la vida:
esperanza, ternura, amor, pasión, entrega, paz, melancolía, muerte…
Somos un átomo del cosmos, cuyo sentido es el equilibrio. Es un camino sin final para quienes respiramos. Una rueca en perpetuo giro hacia el futuro…
Aunque el compás varíe, el destino es idéntico: a la luz eterna: armonía en la unión…
Brizna del tiempo.

ORLA

“Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces yo tenía la sensación de que no nos veía, ni nos oía, como si no existiéramos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad. Pasaba unos momentos horribles cuando le veía sentado en su sillón, rodeado por mí y por nuestros hijos, entregados a nuestras ocupaciones y sin embargo, presentía que estaba solo por encima de nosotros; junto a nosotros y, no obstante, solo, como abandonado. (…). Los grandes son siempre solitarios, por eso son grandes y están emparentados con el Altísimo.”

(“La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”).