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El Clave bien temperado

Parte 6. El clave bien Temperado. Libro II. 19


Intuyo el final del camino
—El clave bien temperado. Libro II—

Intuyo el final del camino,
pero aún quedan cumbres por subir,
y valles solitarios por cruzar.
La senda es marcha lenta,
                                              pasos cortos.
No es fría la mañana. Tampoco aprieta el sol.
Sigamos, aún no es hora de parar.
Por cuatro veces suena el corazón.
Son cuatro voces transparentes.
Alguien llama a mi puerta para asaltarme el alma.
Limpiaré la morada donde habito
para gustar mejor tus besos.

ORLA

“Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces yo tenía la sensación de que no nos veía, ni nos oía, como si no existiéramos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad. Pasaba unos momentos horribles cuando le veía sentado en su sillón, rodeado por mí y por nuestros hijos, entregados a nuestras ocupaciones y sin embargo, presentía que estaba solo por encima de nosotros; junto a nosotros y, no obstante, solo, como abandonado. (…). Los grandes son siempre solitarios, por eso son grandes y están emparentados con el Altísimo.”

(“La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”).